El impuesto más odiado por Martínez de Hoz. VUELVE EL GRAVAMEN A LA HERENCIA DESPUÉS DE 33 AÑOS

Martina Latasa. Critica — La Legislatura bonaerense reabrió la polémica. Algunos expertos destacan el carácter progresivo del tributo que el ex ministro de la dictadura derogó. Cómo se aplica en otros países. La reforma impositiva que se aprobó la semana pasada en el congreso de la provincia de Buenos Aires desempolvó un viejo tributo: el impuesto a la herencia. A lo largo de su historia el gravamen generó polémica entre los economistas. Los defensores del tributo destacan su carácter redistributivo mientras que los opositores se escudan en la defensa de la propiedad privada. A 33 años de su derogación –por orden del ministro de Economía de la dictadura José Alfredo Martínez de Hoz– este impuesto volvió a escena.

La remake del impuesto a la herencia se aprobó en el mismo paquete que la suba en el Inmobiliario Urbano, Rural, y la imposición de sellos en la compraventa de autos usados. El objetivo de la provincia es recaudar más para paliar una parte de su rojo fiscal, que los cálculos más conservadores ubican en $ 5.500 millones y los más arriesgados elevan a casi el doble.

El relanzamiento del impuesto a la herencia ya dio lugar a que los primeros adelantados hagan los primeros negocios. Son abogados que, en internet y otros medios, aconsejan “hacer las sucesiones ya, antes de que el fisco devore su acervo”.

El Impuesto a la Transmisión Gratuita de Bienes, tal su nombre técnico, grava la transferencia intergeneracional de riqueza. Y pese a que no es uno de los más relevantes en términos de recaudación, sí lo es en materia redistributiva. Ese es el principal motivo de la discordia y acumula años de debate dentro de la academia económica mundial. Pero desde los neoclásicos a principios de siglo XX, como Arthur Pigou, hasta los millonarios estadounidenses del año 2000 reconocieron la validez “moral” del impuesto a la herencia.

A nivel mundial el tributo está vigente tanto en países centrales –Inglaterra, Alemania y Suecia, por ejemplo– como en países menos desarrollados como Chile, Uruguay o Brasil. En Estados Unidos se aplicó hasta el año 2001, cuando el presidente George W. Bush lo eliminó aun con la oposición de los grandes magnates. Una extraña coalición de los 120 empresarios más ricos de ese entonces, que incluyó a Warren Buffett, George Soros y Bill Gates, le pidieron al Congreso estadounidense que mantenga el impuesto para evitar que las generaciones futuras hereden su riqueza en lugar de generarla.

Este tipo de cuestionamientos que exceden lo netamente económico sobrevuelan la discusión sobre este impuesto en particular. Pero en la Argentina el debate acerca de mantener o eliminar ese tributo no tuvo demasiado lugar.

Los primeros antecedentes del gravamen sobre la herencia en la Argentina son de la época colonial y se mantuvo bajo distintos nombres hasta 1976. Ese año, Martínez de Hoz decretó el fin a un impuesto que afectaba directamente sus intereses. Según cuenta el economista Mario Rapoport en su libro Historia económica, política y social de la Argentina, Martínez de Hoz había heredado una fortuna de su padre por la cual no estaba dispuesto a tributar.

Durante los gobiernos democráticos que sucedieron al de facto se presentaron al Congreso cuatro proyectos de impuesto a la herencia provenientes de distintos sectores políticos. Los economistas Melisa Girard, Andrés Cappa, Augusto Bouzas detallaron, en su trabajo Impuesto a la herencia: una herramienta distributiva, que en 1985 el alfonsinismo realizó en primer intento. Años más tarde, en 2006, el ARI volvió a proponer un tributo a las transferencias gratuitas, y en 2007 el Frente para la Victoria también hizo lo propio. Ninguno de ellos prosperó. La escasa relevancia en la recaudación total y el arrebato a la propiedad privada fueron los principales argumentos de la oposición para dar de baja esas iniciativas.

Respecto a su importancia recaudatoria, Bouzas aseguró que “es una herramienta, no salva las cuentas fiscales, pero es un avance hacia una mejor distribución”.

En los países de la OCDE que aplican este impuesto, el promedio de su injerencia en la recaudación total es del 0,46%. Si se toma esta referencia, en agosto se hubiesen obtenido $ 116 millones por este gravamen.

Quiénes tendrán que pagarlo

El impuesto a la herencia en la provincia de Buenos Aires recaerá sobre aquellas transferencias de bienes que superen los 3 millones de pesos. La alícuota varía del 5 al 11 por ciento dependiendo del monto como también del parentesco entre el difunto y el heredero. Entre padre, hijos y cónyuge es de 5% cuando el monto esté entre 3 y 5 millones de pesos. Si la herencia suma de 5 a 10 millones de pesos la alícuota se eleva al 11,23%. El mayor porcentaje (20%) lo deberán resignar aquellos herederos que encuadren en la categoría de otros parientes y extraños y el monto supere los 10 millones de pesos. Según la Agencia de Recaudación de Buenos Aires, el 80% de lo recaudado se destinará al Fondo Provincial de Educación y el 20% restante a los municipios.

Por qué mejora la distribución

Los especialistas en impuestos aseguran que el gravamen a la herencia complementa a las tasas sobre la riqueza, como Bienes Personales, a la hora de dotar al sistema tributario de más progresividad. Es porque no gravan la transferencia de los bienes sino el enriquecimiento “instantáneo” de quien la recibe, que no crea valor mediante trabajo ni inversión alguna. Para eso debe incluir pisos mínimos (como el de 3 millones de pesos a partir de cual se aplicará el nuevo tributo bonaerense), para no afectar a los contribuyentes que no sean ricos. También recomiendan exenciones especiales para cuando el difunto es un jefe de familia en actividad y sus herederos pierden económicamente con su muerte, en vez de beneficiarse en términos relativos. Quienes se oponen aseguran que dificulta la acumulación de capital y, por ende, las inversiones. Pero no discuten su progresividad.

Hay abogados que ya se lanzaron

Mientras la academia y los políticos debaten la efectividad y la importancia distributiva del impuesto a la herencia, algunos no dejan pasar la oportunidad para hacer su negocio. Los estudios de abogados aprovecharon que la ley se sancionó pero aún no entró en vigor para atraer clientes para que realicen su sucesión ahora. En los clasificados se pueden ver letrados que advierten: “No se deje estar, consulte antes de que los impuestos sigan devorando su acervo” o “Sucesiones ya! Antes del impuesto a la herencia”. Consultado por este diario uno de los anunciantes, el doctor Molina López, confesó que la sanción de la ley le sirvió como marketing, ya que “la gente tiende a dejar pasar el tiempo y nunca se decide a iniciar la sucesión”.

Argentina solidadria

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