República Argentina Apoyamos decisión del Gobierno sobre Banco Central y papel prensa

El siguiente análisis – particularizado sobre la República Argentina – forma parte de documentos en proceso de elaboración – que adelantamos en forma exclusiva en este programa – por la dirección del Buró Latinoamericano de la IV Internacional trotskista posadista. “Una nueva mini crisis en la República Argentina indicativa del año que vamos a transitar y pelear a brazo partido: la exigencia de renuncia a Martín Redrado – que como no renunció, el Gobierno resolvió destituirlo y nombrar en su lugar al Vicepresidente – nada menos que a la Presidencia del Banco Central de la República Argentina. Esta exigencia, luego transformada en resolución, que adoptó la Presidenta de la Nación Cristina Fernández, será fundamental para el desarrollo de la economía de transición.

Detrás de esta medida está una revalorización del papel del Estado nacional por parte del Gobierno, por sobre el cielo, paraíso o limbo que el sistema capitalista trata de que sean los Bancos Centrales, organizados y ordenados, en su inmensa mayoría, por el FMI y las trasnacionales. De esa manera se aseguran el control de la economía y las decisiones políticas como lo es el cobro, en tiempo y forma, de los intereses de la deuda externa, una usura permanente que se va reciclando como instrumento de sometimiento político y expropiación financiera.

Esta condición está destapando ollas múltiples que ya no se pueden esconder debajo de la mesa o el escritorio del Gobierno de la República. Ingresamos a una etapa de definiciones, en la que la condición electoral de Chile es muestra, detonante – cualquiera sea el resultado el 17 de enero – , de los problemas que se plantean, inevitablemente, a los cursos de transición que viven nuestras naciones americanas. Procesos en los que algunos quieren salvar el capitalismo, otros mejorarlo, darle «rostro bueno», y otros cambiar el sistema. Entre los que quieren cambiar el sistema, se dan dos variantes: por la vías «democráticas» o por la vía la revolucionaria.

Los tiempos y espacios que se han abierto en el mundo muestran un curso desigual y combinado, sin duda, pero cada vez más combinado que desigual. Argentina esta mostrando, claramente, que no hay tiempos extensos para continuar intentando mantener el término medio. El Gobierno Nacional que dirige Cristina Fernández ha resuelto también la intervención del Estado en la papelera nacional, que surte de papel diario a todo el país, donde el Estado tiene el 27 % de acciones, el resto es propiedad de Clarín, La Nación en su mayoría, además de pequeños accionistas manejados por los grandes capitalistas. El Gobierno ha puesto en el orden del día una medida de control del Estado, una estatización de la oferta y la demanda, que es necesario analizar en toda su dimensión y trascendencia.

Similar condición le tocó vivir a Venezuela un problema que vivió Venezuela y siguen viviendo la mayoría de los Gobiernos que fijan políticas progresistas y se encuentran con la necesidad y urgencia de superar la traba principal a cualquier decisión – para el caso, en la República Argentina: liberar fuerzas de la economía capitalista nativa enfrentándose a las empresas trasnacionales. Creemos que en el Uruguay va a estallar esta misma condición cuando el proceso de construcción del Estado Revolucionario exija profundizar, en otros aspectos cambiar las actuales estrategias por una política revolucionaria. José Mujica se va a enfrentar en poco tiempo a esta realidad.

Por otro lado, los motivos argüidos para la renuncia del Embajador argentino en el Uruguay, Patiño Mayer, son una estupidez absoluta: los Embajadores colocados por el imperialismo – lo hizo muy recientemente el Sr. Valenzuela, representante del Sr. Obama, que en su estadía en la República Argentina , donde habló de “inseguridad jurídica” – y sus lacayos, han realizado cientos de veces homenajes, apoyos explícitos a dictaduras y Gobiernos “democráticos”, afines a ellos, aliados o socios menores de las grandes empresas trasnacionales. Nadie se despeinó por esto”. (Fin de la transcripción)

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El Programa se emite a las 8.45 (de Uruguay) los lunes, miércoles y viernes por CX 40
Correo del POR (Uruguay) por_trotskista871@hotmail.com
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Perfil del Pepe Mujica: Por las urnas sí, por las armas no

Por Hugo Machín
4 de diciembre de 2009

Desde los comicios del 25 de octubre en que el Frente Amplio logró la mayoría parlamentaria, con un 47,96% de los votos emitidos y el Partido Nacional un 29,07%, los diferentes sondeos de opinión pública efectuados en noviembre le mantuvieron una clara ventaja al ex guerrillero tupamaro José “Pepe” Mujica sobre el otro candidato, el ex presidente Luis A. Lacalle, de centro derecha, que gobernó entre 1990 y 1995 y que en segunda vuelta logró un 44 % del electorado.

Mujica (74), es uno de los dirigentes tupamaros que en 1963 comandados por Raúl Sendic (1925 – 1989), iniciaron la guerrilla urbana que aspiraba a tomar el poder cuando gobernaba el Uruguay uno de los dos partidos  tradicionales, el Partido Nacional y la izquierda no superaba el 10 por ciento del electorado.

Mujica, decepcionado de la política, abandonó 47 años atrás el Partido Nacional, donde había sido secretario de un ministro, y contribuyó a fundar el Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros), una organización integrada por ex militantes del Partido Socialista, estudiantes universitarios fuertemente influenciados por sacerdotes católicos y anarquistas partidarios de la acción directa.

En el contexto de la Guerra Fría en que América Latina sufrió reiteradas intervenciones estadounidenses, aleccionados por la revolución cubana y apoyados por Fidel Castro, los tupamaros uruguayos reeditaron el fenómeno guerrillero surgido en la vecina República Argentina. Las aún hoy denominadas por Mujica expropiaciones a bancos y empresas, reportaron a la guerrilla la suma equivalente a más de tres millones de dólares actuales.

A partir de la consigna “tanto peor, tanto mejor”, que suponía una exacerbación de las contradicciones sociales con el objetivo de generar conciencia en sectores de la ciudadanía, los tupamaros protagonizaron homicidios, secuestros y atentados que contribuyeron a generar un clima de polarización que facilitó la intervención de sectores ultra reaccionarios con la consiguiente dialéctica de acción y reacción.

En 1972, convocadas por los partidos tradicionales, las fuerzas armadas uruguayas, bajo régimen de “estado de guerra interno”, en seis meses derrotan a los tupamaros. Como saldo de los enfrentamientos hubo varios muertos en ambos bandos y la guerrilla sufrió mayor cantidad de bajas. La dirigencia tupamara y centenares de guerrilleros fueron encarcelados y juzgados en el fuero de la justicia militar, recibiendo condenas que sumaban decenas de años. Luego del golpe de estado de Juan María Bordaberry, el 27 de junio de 1973, que instauró una dictadura de 12 años, y de padecer infrahumanas condiciones de reclusión, los dirigentes tupamaros, al igual que miles de presos políticos encarcelados por ser opositores a la dictadura, fueron amnistiados por el gobierno del Partido Colorado, encabezado por Julio María Sanguinetti, iniciado en marzo de 1985.

“Democracia burguesa”: Durante la siguiente década los tupamaros no renunciaron a volver a tomar las armas si, a su juicio, la “democracia burguesa”, lo exigía, según ha quedado documentado por estudiosos del tema. Sin perjuicio de ello, el Frente Amplio, fuerza de izquierda que gobierna en la capital Montevideo desde hace dos décadas, devenido en el mayor partido político uruguayo, en 1989 vota el ingreso de los tupamaros al FA.

En 1994 Mujica es electo diputado y ha resumido sus casi quince años como legislador y ministro de Ganadería con su lenguaje que permanentemente apela al lunfardo: “Esta changa (trabajo informal y ocasional) de legislador hay que agarrársela para laburar, (trabajar) ahí está la cuestión”.

Mujica desarrolló una campaña electoral sui generis. Participó en bicicleteadas (pelotones de ciclistas) en que le acompañaba su esposa -otra connotada ex guerrillera y senadora- y recorría barrios populares, acompañado de numerosísimos partidarios.

En ocasiones subía a los ómnibus como “hombre –sándwich”, para difundir sus “dos o tres ideas” con las que “machaco como hacían las maestras”.

Conocedor de las mañas politiqueras y conscientes del rechazo que generan en la ciudadanía, sobre todo en la de menor educación, cultiva una semi crítica al sistema político –“Desgraciadamente hay mucho de discurso y poco laburo”-  o con cuestionamientos que lo asemejan a un político de oposición a su propio partido, el Frente Amplio en el gobierno desde 2005. Ha realizado también valoraciones populistas como su admiración por una tribu africada – los Kung San- “porque los tipos laburan dos horas para vivir y lo demás lo pasan de joda y chusmerío”, o su “bronca a los bancos por cómo le sacan la plata a la gente, todo eso me parece joda”.

Pero se benefició del porcentaje de aceptación (61%), con la que culmina su período el actual presidente Tabaré Vázquez, quien se negó a la reelección con que le tentaron.

Lula o Chávez: El presidente Vázquez durante su gestión mantuvo cierta distancia respecto a la política exterior del presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Mujica en su discurso, por momentos contradictorio, y en determinadas actitudes, ha demostrado mayor sintonía con Chávez, quien le ha demostrado su preferencia respecto a Vázquez. Pero también el flamante presidente electo dispensa elogios al presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva o conceptos sobre Cuba, consignados por el matutino “El País” de Montevideo: “Se cae a pedazos. Se cae de vejez. ¿Viste la prensa en Cuba? No se puede leer. No se puede leer por aburrimiento”.

A Francisco Luzón, consejero director general para América Latina del Banco Santander, Mujica le impresionó “como un líder del Primer Mundo”, relató Jorge Jourdán, gerente general de la filial uruguaya del Santander, luego de una entrevista en Montevideo entre Luzón y Mujica realizada en mayo.

“Como te digo una cosa te digo la otra”, es un lugar común en el habla popular uruguaya. Alude a que la vida no ofrece exclusivamente una vía para solucionar problemas pero también como expresión de ambigüedad. Mujica quedó identificado con una expresión, que, no es la más recomendable para un político.

“El Pepe”: Lo que es incuestionable es la forma de vida del ex guerrillero tupamaro. En una austera chacra suburbana cultiva flores para la venta al menudeo, se acompaña en sus giras políticas por Manuela, una perrita de tres patas, no usa corbata, y prescinde absolutamente de cualquier tipo de atildamiento, al punto de aparecer ante cámaras de televisión sin su prótesis dental. Esa imagen es garantía de honestidad para buena parte de su electorado, pero muy pocos quieren vivir como “el Pepe”.

Una de las notas más inexplicables para la lógica política uruguaya, la aportó un acérrimo enemigo de los votantes de Mujica: el entonces presidente George W. Bush. Durante  su visita a Uruguay en marzo de 2007, mientras aguardaban que el asado criollo estuviera a punto en las grandes parrillas de la estancia presidencial de Anchorena, el presidente de Estados Unidos amablemente tomó del brazo a Mujica y ambos se internaron en un monte nativo, en un diálogo del que el ex guerrillero retornó “con los ojos llenos de lágrimas”, según testigos.

Mujica en su primer discurso luego de conocerse su triunfo en las urnas trasuntó su intención de tener en cuenta a la principal fuerza opositora, el Partido Nacional, para su futura administración, lo que ha impresionado positivamente  a analistas y dirigentes políticos. El primero de marzo jurará respetar la misma constitución contra la que se levantó en armas 47 años atrás. El juramento se lo tomará su mujer, la senadora Lucía Topolansky, también como él ex tupamara que permaneció en prisión durante 13 años y encabezó la lista más votada en octubre, por lo que preside el Poder Legislativo hasta que asuma en marzo, como vicepresidente, el ex ministro de Economía del gobierno saliente, Danilo Astori.

Hugo Machín es periodista uruguayo.